jueves, 9 de diciembre de 2010

Ella y él.

Una sonrisa que brilla sola, observando los frutos que le regalo su vida. Unos ojos sabios y tranquilos, que se empapan de lágrimas al verlos crecer. Unas manos gastadas por el tiempo, marcadas de recuerdos, reparten una a una las cartas. Un par de labios que, trazados en su rostro, se entusiasman repitiendo sus anécdotas sin cesar, evitando aquellas que prefiere olvidar. Su mirada tiernamente nos mira avanzar, y nos espera dulcemente al llegar.
Su esencia, su espíritu no se apaga ni se apagara jamas.
Ella lo mira como la primera vez, en sus ojos se nota el amor eterno que tiene por él. Ella lo admira, vive por él, sueña con él. Se pasa la vida deleitándose con los resultados de un amor tan profundo, que fue capaz de cambiarles la vida en un segundo. De vez en cuando, sus ojos dejan entrever el cansancio de toda una vida, pero eso a ella no le importa, a ella le gusta estar viva.
Sus besos son lo mas dulce que podrás llegar a ver, demuestran la compañía y la paciencia que aprendieron a ofrecer. Mirarlos así, como los veo yo, es lo mas lindo que me dio la vida.

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