viernes, 30 de julio de 2010

Un minuto, un segundo, un momento y un lugar preciso. Así sucede, así las personas se conocen, la gente se encuentra, los accidentes ocurren y una vida puede llegar a cambiar. Parada en una esquina, observando la gente a mi alrededor soy capaz de percibir esto. Son miles de decisiones tomadas, son infinitos hechos afortunados o desafortunados ocurridos, son oportunidades que llevaron a cada una de las personas a estar en ese instante especifico. Parada allí me doy cuenta, la vida de uno no sólo se rige por nuestras propias resoluciones, son mil y un decisiones de personas conocidas y aún sin conocer que pueden hacer que nuestra vida tome un giro indeterminado.

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